Autor: Julio Rioja
Racionalidad
El sector microfinanciero ha demostrado ser resiliente y sostenible frente a desafíos como crisis políticas, la pandemia COVID19 y fenómenos climatológicos que aumentaron la morosidad en el sector el año pasado y que vienen normalizándose al corte de evaluación. El sector registra un ligero crecimiento de colocaciones, alineado a una reducción en la morosidad y a la salida de algunos jugadores del mercado por insolvencia, lo que ha favorecido los indicadores crediticios del sector. Por el lado de la solvencia, registra sólidos niveles patrimoniales en todos los subsectores, con excepción de las cajas rurales, las cuales tienen todavía que alinear sus niveles de capital a los estándares actuales. Sin embargo, en términos generales, el sector cuenta con niveles de capital que le permitirían afrontas pérdidas. A pesar de intervenciones recientes de la SBS, no se ha registrado contagio de riesgo ni pérdida de confianza entre los ahorristas y los niveles de morosidad se han estabilizado. Finalmente, manteniendo una inflación controlada y tras holgados niveles de cobertura, se proyecta una recuperación en sectores como el crédito de consumo y PYME en el corto plazo.
Resumen Ejecutivo
Colocaciones y su ligero crecimiento. Al cierre de diciembre de 2024, las colocaciones directas de las entidades microfinancieras alcanzaron S/ 55,038 millones, representando un crecimiento interanual reducido de 0.2% (+S/99.1 MM). Este crecimiento se evidencia principalmente en el aumento de las colocaciones en pequeña empresa, impulsado por el mayor alcance de las cajas municipales. A la vez, se observa que el crecimiento de las colocaciones varía según el subsector, con reducciones en las financieras y empresas de crédito. En conjunto, estos datos reflejan un dinamismo controlado en el otorgamiento de créditos, condicionado por factores macroeconómicos y normativos, y motivado por la salida de algunas entidades del sistema, que amortiguaron el crecimiento.
Morosidad recuperándose de los factores macroeconómicos. El indicador de morosidad en el sector microfinanciero se mantuvo en torno al 6.0% a diciembre de 2024, lo que supone una ligera mejora respecto al 6.1% del año anterior. Sin embargo, la evolución fue heterogénea: mientras que las cajas municipales y rurales experimentaron un aumento en sus niveles, las financieras y empresas de crédito lograron reducirlos a 5.8% en cada subsector. Esta variabilidad se debe a la salida de entidades con indicadores deficientes y a la normalización de los niveles de inflación que mejoraron la capacidad de pago de las personas.
Liquidez en niveles adecuados. Los ratios de liquidez en moneda nacional han mostrado resultados mixtos, pero en general se mantienen por encima de los límites regulatorios. En particular, las financieras y las cajas municipales incrementaron sus ratios a 23.6% y 22.2%, respectivamente, asegurando la capacidad de cubrir sus obligaciones proximas. Por el contrario, las cajas rurales registraron una leve disminución, pasando de 23.4% a 21.1%. Además, en lo que respecta a la liquidez en moneda extranjera, se observa una exposición controlada que se mitiga mediante calce de activos y pasivos.
Mejoras en los niveles de rentabilidad. Los indicadores de rentabilidad han mostrado mejoras notables a diciembre de 2024 en comparación con periodos anteriores. Las cajas municipales, por ejemplo, alcanzaron un ROE promedio de 7.9%, aumentando 4.5 puntos porcentuales respecto al año anterior. Asimismo, las financieras mejoraron su rentabilidad, pasando de un ROE de 3.8% a 5.7%; y las empresas de crédito, tras presentar resultados negativos, lograron alcanzar un ROE positivo de 9.9%. Esta mejora en la rentabilidad se debe principalmente a la reducción en los gastos por provisiones, resultado de una mejor calidad de la cartera de créditos.
Solvencia adecuada en la mayoría de entidades. La estabilidad del sector se ve respaldada por niveles adecuados de solvencia, a pesar de los desafíos en el entorno macroeconómico. La implementación de la Resolución SBS N° 274-2024 ha permitido flexibilizar y reprogramar los plazos para alcanzar los niveles requeridos de capital, facilitando una transición gradual. La mayoría de las entidades mantienen sólidos ratios de capital global, aunque se observan ciertas deficiencias en las cajas rurales, en las que existe riesgo de nuevas intervenciones. Además, la intervención oportuna mediante los Programas de Fortalecimiento Patrimonial ha contribuido a preservar la confianza de los ahorristas y a fortalecer la estructura financiera del sector.
Contexto Económico1
La economía peruana registró un crecimiento de 3.3% al cierre del 2024 (dic-2023: -0.6%). Según INEI, esta mejora se explicó por el dinamismo de casi todos los sectores productivos, con excepción de construcción, que registró una caída del 0.88%. Los sectores que lideraron este crecimiento fueron pesca (+76.8%), manufactura (+11.9%) y agropecuario (+7.5%). Estos tres sectores representan más del 70% de la producción nacional.
En diciembre de 2024, la actividad pesquera creció un 76.8% debido a una mayor cuota de anchoveta, lo que impulsó su aumento anual de 24.9%, mientras que el sector agropecuario también se destacó con un crecimiento del 7.5%, impulsado por la exportación de frutas y mayores cultivos de papa y tomate, alcanzando un incremento anual de 4.9%. Este buen desempeño en sectores primarios se reflejó en la minería metálica, que creció un 2.0% en diciembre y un 2.0% anual, y en los hidrocarburos, que subieron un 1.5% en el mes, con un crecimiento anual de 2.1%. Paralelamente, la manufactura de recursos primarios, vinculada a la pesca, aumentó un 34.6%, mientras que la manufactura no primaria registró un incremento del 3.7% en diciembre y un 205% anual. En cuanto a servicios, sectores como electricidad, agua, gas y comercio crecieron un 1.7% y un 306% respectivamente, mientras que la construcción, aunque con una ligera caída mensual del 0.9%, cerró el año con un incremento del 3.6%. El sector servicios también presentó una notable expansión de 4.7% en diciembre y 3.2% anual. A pesar de la mejora general, la confianza empresarial sigue en ascenso, aunque la inversión privada aún no muestra una recuperación significativa, aunque se prevé que, en los próximos años, crezca gradualmente debido a mejores condiciones financieras y estabilidad política.

El BCRP proyecta que la economía tendrá un crecimiento de 3.0% en 2025, lo cual se sustentaría en condiciones climáticas favorables para el desarrollo de la agricultura, la pesca y su manufactura relacionada, así como un entorno de estabilidad sociopolítica y de precios que favorezca la confianza de los agentes del sector privado, con lo cual se prevé se estimule el gasto privado y, con ello, las actividades no primarias. Para el 2026, el producto crecería 2.9% considerando que las condiciones favorables se mantengan y un escenario de estabilidad política durante las elecciones generales de 2026.
Asimismo, el BCRP proyecta que la inflación sería de 2.0% para el 2025, el cual se ubicaría dentro del rango meta incluso hasta el 2026, y que responde a la menor incidencia de los fenómenos climatológicos sobre los precios de los alimentos respecto al año previo, sin embargo, aumenta ligeramente respecto al estimado previo dado que se espera una reversión más lenta en los precios de alimentos.
El balance de riesgos para la proyección de inflación se mantiene neutral. Los riesgos para la proyección incluyen principalmente las siguientes contingencias: (i) choques financieros por presiones al alza del tipo de cambio, salida de capitales y mayor volatilidad en los mercados financieros por episodios de mayor incertidumbre política o por el incremento de la volatilidad de los mercados financieros internacionales por tensiones geopolíticas; y (ii) choques de demanda externa por la desaceleración del crecimiento global, que implicaría una menor demanda por nuestros productos de exportación.
El déficit fiscal acumulado (últimos 12 meses) subió de -2.8% a -3.6% del PBI entre dic-2023 y dic-2024, debido principalmente a la contracción de los ingresos corrientes por menores pagos a cuenta del impuesto a la renta de personas jurídicas domiciliadas, así como por mayores gastos corrientes del gobierno general relacionados a la capitalización de Petroperú. Ello resulta en el nivel más alto de déficit fiscal de las ultimas 3 décadas.
Estructura y desempeño del Sistema Financiero peruano
El sistema financiero peruano se caracteriza por una notable diversificación de entidades que incluyen bancos, cajas municipales, cajas rurales, financieras y cooperativas, todas ellas supervisadas por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS). Con un marco regulatorio sólido, el Perú ha logrado un grado importante de estabilidad, evidenciado en adecuados indicadores de solvencia y liquidez. Asimismo, la apertura al mercado internacional, acompañada de una política monetaria prudente, ha permitido a las entidades financieras ofrecer una amplia gama de productos y servicios, fomentando la inclusión financiera y el desarrollo económico en distintos sectores productivos.
Pese a la volatilidad de los mercados globales y a presiones internas derivadas de factores políticos y sociales, el sistema financiero peruano mantiene un desempeño robusto, con niveles controlados de morosidad y una cartera de créditos relativamente diversificada. En particular, el sector de microfinanzas ha mostrado un crecimiento significativo, impulsando la inclusión de segmentos tradicionalmente desatendidos y respaldando el desarrollo de la pequeña y mediana empresa (PYME). De cara al futuro, los principales desafíos incluyen consolidar la digitalización, reforzar la ciberseguridad y adaptarse a cambios en el entorno macroeconómico, siempre con el objetivo de seguir bancarizando al cliente, que sigue existiendo en una economía mayoritariamente informal.
Al cierre de diciembre del 2024, el Sistema Financiero local estuvo compuesto por 48 entidades de operaciones múltiples que manejan activos por S/ 611,656 MM, reflejando un incremento de +6.1% (+S/ 35 MM) en los últimos 12 meses. La Banca Múltiple se mantiene como el segmento más importante del Sistema Financiero, concentrando el 89.0% de activos y el 86.5% de las colocaciones directas del sistema. El 13.5% restante de los créditos se dividen en 4 subsectores: Cajas municipales, Cajas rurales, Financieras y Empresas de créditos. Las Cajas Municipales y las Financieras son los siguientes segmentos con mayor relevancia, dado que representan 7.4% y 2.8% de las colocaciones totales al cierre de dic-24 (dic-23: 7.3% y 3.0% respectivamente). Finalmente, el segmento de Cajas Rurales (CRAC) y Empresas de crédito mantiene una baja participación tanto en colocaciones y depósitos, con pesos menores a 1%.

Sector Microfinanciero
Al cierre de diciembre de 2024, el sector microfinanciero estuvo compuesto por 30 entidades de operaciones múltiples que se encuentran enfocadas en colocaciones a pequeñas empresas2 y microempresas3. Estas entidades pertenecen a 4 subsectores: Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (11), Cajas Rurales de Ahorro y Crédito (5), Financieras (9) y Empresas de créditos (5). El sector posee un elevado nivel de competencia debido al número de entidades que operan en el mismo, que pueden enfocarse en créditos distintos. En consecuencia, en el sector se han realizado diversas fusiones y adquisiciones entre entidades buscando mejorar su competitividad y eficiencia institucional.
Si bien hace un año se evidenció una desaceleración en el otorgamiento de créditos, especialmente en el segmento de consumo, actualmente se observa un crecimiento todavía acotado de los créditos alineado a factores como la reducción de la morosidad, el mejor perfilamiento de clientes, la normalización de factores macroeconómicos y la salida de algunas entidades del sistema. Entre los factores que influyeron el corte pasado fueron en el aumento de la morosidad, el incremento de la inflación, la subida del ratio cuota/ingreso, que ajustaba la capacidad de pago de las personas, y factores climatológicos y sociales.
Para el corte de evaluación se han normalizado los factores macroeconómicos y de mercado, lo que ha generado que se hagan colocaciones con un nivel de riesgo acotado, lo que consecuentemente llevó a una mejora en los indicadores de rentabilidad. Entre los indicadores macroeconómicos que ayudaron a esta tendencia, están una tasa de referencia con tendencia a la baja, cercana a su nivel neutral, por lo que no se prevé una reducción pronunciada en el corto plazo; así como una inflación menor al 3% que se mantiene dentro de su rango meta, lo que favorece el normal desarrollo económico. Por otro lado, la inestabilidad política persiste, aunque las entidades ya se han adaptado a esta nueva normalidad incluyéndolo dentro de sus proyecciones y presupuestos.
Asimismo, se deben considerar los efectos de fenómenos climáticos extremos, como las sequías que han impactado la campaña principal de siembras en el norte y la sierra. A nivel nacional, estos riesgos se combinan con otros desafíos, como la volatilidad de los precios internacionales y la incertidumbre en el entorno macroeconómico global, factores que podrían afectar la inversión y la liquidez en el sector financiero.
El sector también ha experimentado el cierre de algunas instituciones, por parte del regulador, como Caja Raiz, Caja Sullana y Credinka, debido a débiles indicadores de solvencia tras el incremento de la morosidad del año pasado. Estos cierres se dan con el objetivo de salvaguardar el dinero de los ahorristas, dejando en el mercado solo a entidades con capacidad de afrontar perdidas. Dicho esto, todavía existen algunas entidades de menor tamaño que requieren seguimiento y pueden ser objeto de seguimiento cercano del regulador, sin embargo, por su tamaño, no afectarían al sector en su conjunto en caso de insolvencia. Finalmente, se espera que este año se regularicen los límites mínimos de capital global, lo que requerirá un seguimiento riguroso a aquellas entidades con niveles bajos en este indicador.
Colocaciones de entidades microfinancieras
Al cierre de diciembre de 2024, las colocaciones directas de entidades microfinancieras alcanzaron S/ 55,038 MM, registrando un crecimiento interanual de 0.2% (+S/ 99.1 MM), explicado por una mayor prudencia en el desenvolvimiento de las colocaciones y el sinceramiento de carteras que ya debían ser castigadas. En detalle, las colocaciones en pequeña empresa incrementaron, principalmente por un cambio normativo en donde las cajas municipales tuvieron mayor alcance. Del mismo modo, contrapesó el crecimiento la reducción de colocaciones de las financieras, que redujeron su exposición en créditos de consumo.
Si lo desagregamos por tipo de entidad microfinanciera, las cajas municipales colocaron S/ 36,580 MM siendo lideres en el sector representando el 66.5% de las colocaciones totales, seguido de las financieras con S/ 14,364 MM y 26.1% de participación. Las empresas de créditos y cajas rurales mantienen colocaciones menores que representan el 4.8% y 2.6% de las colocaciones del sector, respectivamente.

El crecimiento de las colocaciones por subsector fue variado, resaltando la salida de algunas entidades por un limitado performance o por revocación de licencia. En detalle, las cajas municipales crecieron un 1.7% interanual (+S/ 607 MM), mostrando el mayor de los crecimientos; seguido muy de cerca de las cajas rurales que crecieron un 0.8% (+S/ 11.5 MM). Por otro lado, vimos una reducción de las colocaciones para las financieras y las empresas de créditos en 2.8% (-S/ 421 MM) y 3.6% (-S/ 98.8 MM) respectivamente, impactado por la intervención de Financiera Credinka en este último año. Esta intervención, junto con la de Caja Sullana, se suman a las dos intervenciones del año pasado, alineadas a preservar la estabilidad financiera de las entidades con el fin de salvaguardar el dinero de los ahorristas.
Las colocaciones de las entidades microfinancieras se dirigen principalmente a pequeñas y microempresas (PYMES) con un 65.8% del total de colocaciones (dic23: 60.5%), seguido de créditos de consumo con un 28.1%. Asimismo, mantienen porcentajes menores al 1% en créditos corporativos y gran empresa. Respecto a mediana empresa, siempre han tenido una participación de alrededor del 5%, sin embargo, al corte de evaluación pasó a representar el 1.2% de las colocaciones totales. La reducción fue motivada principalmente por un cambio en la normativa SBS aplicable desde octubre del 2024, la cual señala una actualización en el criterio para ser considerado crédito de mediana y pequeña empresa, con lo cual gran parte de los créditos anteriormente catalogados como mediana empresa, pasaron a ser pequeña empresa. Este cambió, junto a nuevas metodologías de admisión crediticias para las MYPE, facilitan el acceso al crédito y promueven la inclusión financiera para este sector.

Según el tipo de créditos, por el cambio en la normativa antes mencionada, se vio un incremento de 28.8% (+S/ 6.5 MM) en los créditos de pequeña empresa, pasando de S/ 22,669 MM a S/ 29,206 MM, siendo las cajas municipales quienes representan el 79.2% de la participación de este tipo de crédito, siendo lideres. Este incrementó fue contrapesado por reducciones en colocaciones de mediana empresa y microempresa que sumaron un monto de -S/ 5.6 MM.
Los créditos de consumo, en donde los principales jugadores son las cajas municipales y las financieras con 46.2% y 43.6% respectivamente, también vieron una ligera disminución de 5.6% (-S/ 0.9 MM) llegando a S/15.5 MM al corte de evaluación. Las colocaciones de créditos corporativos, gran empresa e hipotecarios también mostraron resultados positivos el último año, pero menores a los S/ 90 MM en cada caso, siendo créditos poco colocados por las microfinancieras.
Colocaciones a PYMES
Las colocaciones de todo el sistema dirigidas a PYMES ascendieron a S/ 84,182 MM (dic23: S/ 59,505 MM), mostrando un crecimiento del 41.5%, alineado con el cambio normativo de tipificación del riesgo deudor, en donde muchos de los créditos de mediana empresa pasaron a pequeña empresa, haciendo que aumenten los créditos a pequeña empresa en todos los subsectores, siendo el principal colocador la banca múltiple. Es último ha jugado un papel importante en estas empresas, alcanzando S/ 47,958 MM en créditos PYME y representando el 57.0% de participación. La banca es seguida por las cajas municipales, quienes mantienen colocaciones por S/ 27,254 MM representando un 32.4% de participación y por las financieras que mantienen S/ 7,105 MM con un 8.5%.
Si analizamos la evolución de este tipo de colocaciones, podemos evidenciar que todos los subsectores mostraron crecimiento interanual, siendo los más importantes el crecimiento de los créditos de los bancos y las cajas municipales, con +82.4% (S/ 21,667 MM) y +19.9% (S/ 2,430 MM) respectivamente.

Calidad del portafolio y Cobertura
Durante el periodo 2016-2019, el indicador de cartera atrasada (considerando entidades financieras no bancarias) aumentó de 5.2% a 5.9% de las colocaciones directas. Sin embargo, a diciembre 2020, se registró un incremento hasta 7.0% asociado al deterioro del portafolio por el impacto del COVID-19. Al corte de evaluación, el portafolio de las entidades microfinancieras ha visto una ligera mejora en sus indicadores de morosidad en todos los subsectores, en línea con la salida de algunas entidades con deficientes indicadores, el sinceramiento de la cartera y el estancamiento de las colocaciones. A dic-24 la morosidad se mantuvo en 6.0%, bajando ligeramente en comparación con dic-23 (6.1%). Es importante mencionar que el nivel de morosidad tuvo resultados mixtos, las cajas municipales y rurales vieron tuvieron una subida en sus indicadores mientras que las financieras y empresas de crédito los mejoraron, reduciéndolos a 5.8% en ambos casos.

A diciembre de 2024, la cobertura de cartera atrasada presentó reducciones con respecto al año anterior en las cajas municipales y rurales, alineado al incremento en su morosidad, pasando de 141.5% a 137.9% para el caso de las cajas municipales y de 161.6% a 133.1% para las cajas rurales. En el caso de cajas rurales, Caja los Andes, Caja Incasur y Caja Centro son quienes tienen un menor nivel de cobertura que el promedio. Por el otro lado, se vieron mejoras en las coberturas de las carteras de las financieras y empresas de crédito, llegando a 155.7% y 121.7% respectivamente. Es importante mencionar que las empresas de créditos son las entidades con menores coberturas de cartera atrasada en promedio, sin embargo, hay que mencionar que dentro de este subsector se encuentran entidades que manejan créditos garantizados, los cuales no requieren un nivel de provisiones del 100%.
Liquidez
Los indicadores de liquidez en moneda nacional tuvieron resultados mixtos para el 2024, en el caso de las financieras y las cajas municipales, este indicador se incrementó a 23.6% y 22.2% respectivamente, manteniéndose por encima de los limites regulatorios y en rangos aceptables. Por otro lado, las cajas rurales mostraron una reducción menor al pasar de 23.4% a 21.1% al corte de evaluación. Es importante mencionar que las empresas de créditos no manejan ratios de liquidez como las demás entidades microfinancieras, dado a que no manejan depósitos del público, sin embargo, se les hace seguimiento a otros indicadores de liquidez, tales como el nivel de disponible sobre el total de activos. El sistema al corte de evaluación sigue manteniendo niveles de liquidez holgados que le permitirían hacer frente a eventos macroeconómicos adversos.

En cuanto a la liquidez en moneda extranjera, las entidades no manejan grandes montos en moneda extranjera con respecto a sus activos en moneda nacional por lo que mantiene un riesgo acotado cambiario. Asimismo, para seguir reduciendo esta exposición, se calzan los activos y pasivos en moneda extranjera para coberturas ante variaciones del tipo de cambio. Solo en el caso de las cajas municipales se evidencia un descalce mayor, representando menos del 1% de los activos en moneda nacional y un 8.4% del patrimonio. Finalmente, el ratio de liquidez en moneda extranjera se ha mantenido en niveles aceptables para todos los subsectores, reduciéndose de 157.5% a 126.7% en las cajas rurales y de 80.5% a 65.8% en las financieras. En las cajas municipales este indicador se mantuvo constante en 70.5%.
Al corte evaluado se evidencia una normalización de los niveles de liquidez tal cual se mostró en periodos prepandemia, con excepción de las cajas municipales y rurales, quienes están más enfocadas en sectores más vulnerables a cambios en la actividad económica. La normalización de los niveles de liquidez ha sido más gradual en las entidades no bancarias que en la banca.
Solvencia
Es importante mencionar que en enero del 2024 se emitió la Resolución SBS N° 274-2024 que tiene por objetivo flexibilizar y reprogramar los plazos para la implementación de las nuevas exigencias patrimoniales, permitiendo una transición gradual hacia los niveles de capital requeridos bajo el nuevo marco regulatorio. En detalle, la normativa señala que el ratio de capital global es el Patrimonio Efectivo de Nivel 1 y Nivel 2 como porcentaje de los activos y contingentes ponderados por riesgos totales. El límite global es 10%, el cual está vigente desde marzo 2025, con el siguiente cronograma de adecuación: i) 8.5% hasta marzo 2023; ii) 9% desde abril 2023 hasta agosto 2024; iii) 9.5% desde setiembre 2024 hasta febrero 2025.
Al corte de evaluación las entidades del sector microfinanciero mantienen niveles aceptables de este indicador, con excepción de las cajas rurales quienes todavía tienen algunas deficiencias de capital. En detalle, las cajas municipales, financieras y empresas de crédito manejan niveles de RCG de 13.9%, 19.5% y 16.5% respectivamente. Es importante mencionar que históricamente las cajas municipales han mantenido niveles de RCG alineados con la banca hasta dic-21, sin embargo, desde dic-22 comenzaron a quedarse por debajo en este indicador debido a un crecimiento en las colocaciones que no estuvo acompañado de un incremento en el patrimonio efectivo en la misma medida, motivado por la alta competencia del sector. Se espera que para los siguientes cortes puedan mejorar sus niveles de solvencia a través de capitalizaciones o emisiones de bonos subordinados.

A fin de apoyar a las entidades especializadas en microfinanzas, el Gobierno promulgó el Programa de Fortalecimiento Patrimonial por medio de Decreto de Urgencia Nº 037-2021, con esta medida se espera la participación temporal del Estado en el patrimonio las entidades microfinancieras a través de inyección de capital por acciones preferentes o bonos subordinados. Los Decretos de Urgencia Nº 101-2021 y N° 003-2022 ampliaron el plazo de acogimiento al programa hasta el 31 de diciembre de 2022 y hasta marzo 2023 respectivamente. Además, es de resaltar que el Programa de Fortalecimiento Patrimonial4 ha reforzado la solvencia de algunas entidades no bancarias especializadas en créditos a las MYPE. De esta manera, las entidades participantes tienen como fecha máxima de repago de los fondos públicos el 31 de diciembre de 2029.
En la actualidad, el sector microfinanciero en Perú ha logrado mantenerse rentable y sostenible pese a enfrentar crisis económicas, la pandemia del COVID-19, fenómenos naturales y conflictos sociales. La SBS intervino en dos ocasiones sin que el riesgo de las entidades afectadas se extendiera al resto del sistema, lo que ha salvaguardado la confianza de millones de ahorristas. Además, los Programas de Fortalecimiento Patrimonial han permitido responder de forma ágil ante situaciones de insolvencia, facilitando la reorganización integral de depósitos, activos y pasivos mediante concursos por invitación a empresas elegibles.
Según el Informe de Estabilidad del Sistema Financiero5, a agosto de 2024, excluyendo los programas gubernamentales, la cartera total de créditos se redujo un 0.8% anual, lo que refleja un menor dinamismo del sistema financiero debido a la desaceleración económica. En detalle, los créditos hipotecarios y no minoristas crecieron un 5.3% y 0.3% respectivamente, mientras que los créditos de consumo y para MYPE disminuyeron un 4.7% y 4.9%. A pesar de estas variaciones, el sistema mantiene sólidos niveles de capital (16.7% en promedio) y un robusto fondo de provisiones de S/ 3,958 millones, lo que resulta en una cobertura del 101.6% para la cartera de alto riesgo.
Rentabilidad
A diciembre del 2024, las entidades microfinancieras tuvieron resultados superiores a los presentados en dic-23, viéndose una mejoría en todos los subsectores, incluyendo a las cajas rurales, las cuales ya presentaban indicadores negativos de -23.4% y pudieron mejorarlos hasta -9.9%, sin embargo, aún todavía con camino por recorrer. En detalle, las cajas municipales mostraron indicadores de ROE de 7.9% en promedio, aumentando en 4.5 p.p. con respecto a hace un año. Las financieras tuvieron la misma tendencia, al mejorar su rentabilidad de 3.8% a 5.7% en promedio. Finalmente, las empresas de créditos mostraban resultados negativos hace un año de -8.6% y al corte de evaluación lograron mejorar hasta 9.9%. Los indicadores de rentabilidad sobre activos (ROA) se movieron en la misma tendencia. Este incremento de rentabilidades es originada por una mejora en la calidad de la cartera de créditos que conlleva a un menor gasto en provisiones.
De acuerdo con el Informe de Estabilidad del Sistema Financiero6, a agosto de 2024, el sistema financiero mostró una rentabilidad inferior a la de agosto de 2023 y a la del periodo pre pandemia. Esto se debió al menor dinamismo en la colocación de créditos y al aumento en la cartera de alto riesgo, lo que llevó a registrar utilidades anualizadas de S/ 9,187 millones, en comparación con S/ 10,664 millones en agosto de 2023 y S/ 10,331 millones en el periodo pre pandemia. La caída se explica principalmente por el crecimiento limitado de la cartera y el notable incremento en los gastos de provisiones y financieros.


En resumen, el sector enfrenta diversos desafíos, pero mantiene su solidez y capacidad de adaptación ante condiciones adversas, gracias a medidas regulatorias y programas de apoyo gubernamental. Sin embargo, es crucial mantener un monitoreo constante para preservar la estabilidad financiera a largo plazo.