Guatemala: Sector Bancos

Resumen Ejecutivo

Industria con perspectivas buenas de crecimiento y competitividad alta. Industria bancaria guatemalteca se perfila con perspectivas de cerrar 2025 acorde a las expectativas de crecimiento económico, en ese sentido, se espera que el crecimiento anual al cierre de 2025 sea entre el 8% y 10%. A junio de 2025, la banca representa el 93.3% de los activos del sistema financiero regulado y se conforma de 18 entidades. A septiembre de 2025, se había sumado 1 más y existen 2 más en proceso de formación.

Calidad de activos sana. La calidad de la cartera crediticia se mantiene relativamente sana, en 2.48%, y con coberturas adecuadas de 124%. PCR prevé que, debido a la gestión de riesgos buena que caracteriza al sistema, este se mantenga así en el futuro previsible, con una preferencia por el impulso a créditos productivos sobre los de consumo, que componen la mayor parte de vencidos.

Fondeo y liquidez apropiados. La estructura de fondeo de la banca seguirá basada en depósitos a la vista, seguidos de depósitos a plazo y otros. Esto se complementa con créditos obtenidos y obligaciones financieras. El indicador de préstamos a depósitos fue de alrededor del 79%, indicando una liquidez buena, así como de un volumen de activos líquidos de calidad alta con relación a sus salidas de efectivo neta en un escenario de 30 días, siendo su LCR de 284%.

Capitalización adecuada. La agencia considera que el sistema bancario guatemalteco está capitalizado adecuadamente, permitiéndole absorber pérdidas potenciales. A junio de 2025, el índice de adecuación de capital fue de 14.7%, por encima del 10% regulatorio y del estándar internacional de 8% recomendado por el Comité de Basilea. 

Rentabilidad aún adecuada, pero en descenso. A junio de 2025, el ROA del sistema fue de 1.73%, igual a su promedio 2020 a 2024 pero en una tendencia descendente que sigue influida por presiones en el margen financiero y mayores gastos operativos. La agencia espera que la rentabilidad del sistema se mantenga al cierre del ejercicio fiscal previo y seguirá monitoreando los fundamentos de la rentabilidad del sistema.

Contexto Económico

Las perspectivas económicas para el segundo semestre de 2025 son moderadamente optimistas. Se espera que el crecimiento del PIB se mantenga en torno al 3.8 %, sostenido por el dinamismo del consumo privado, la estabilidad monetaria y el flujo constante de remesas. La inflación continuará siendo baja, con una proyección promedio del 2.4 % para el año, aunque se anticipa una convergencia gradual hacia la meta del 4 % en el mediano plazo.

Desde el punto de vista fiscal, el déficit podría mantenerse cercano al 3 % del PIB, y la deuda pública seguirá una senda ascendente moderada, sin comprometer la sostenibilidad fiscal. Las reservas internacionales y el tipo de cambio seguirán brindando estabilidad macroeconómica, aunque es necesario seguir fortaleciendo el marco de política monetaria y financiera para enfrentar posibles choques externos.

El éxito del segundo semestre dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para avanzar en la implementación de reformas estructurales que mejoren la eficiencia del gasto público, fortalezcan la recaudación tributaria, modernicen el sistema financiero y fomenten un entorno propicio para la inversión. Asimismo, mejorar la calidad institucional, reducir la corrupción y garantizar el respeto al estado de derecho serán factores clave para consolidar un crecimiento económico más inclusivo y sostenible.

Perfil de Negocio de la Industria

La industria bancaria guatemalteca se perfila con perspectivas de cerrar 2025 acorde a las expectativas de crecimiento económico, en ese sentido, se espera que el crecimiento anual al cierre de 2025 sea entre el 8% y 10%. A junio de 2025, la banca representa el 93.3% de los activos del sistema financiero regulado y se conforma de 18 entidades, 10 pertenecientes a grupos financieros. Sin embargo, a septiembre de 2025, se había sumado 1 más y existen 2 más en proceso de formación, así como 1 grupo financiero adicional.

El sistema bancario total contabilizó GTQ 609,287 millones (USD 79,287.99 millones), un crecimiento interanual del 11.42%. En términos de cartera crediticia, esta creció 10.54%, hasta GTQ 354,842 millones (USD 46,177 millones) mientras que los depósitos de clientes cerca de 10.97% hasta GTQ 461,155 millones (USD 60,011 millones).

El sistema, al igual que el resto de los sistemas bancarios de la región, presenta un nivel de concentración alto en un número reducido de instituciones: los 5 bancos más grandes representan alrededor del 78% del total de activos, préstamos brutos y depósitos, así como el 87% de las utilidades del período.

Por otra parte, y similar a la región, el número de fintechs desarrollando el mercado de medios de pago vía tarjetas prepago y algunas en préstamos y seguros va en aumento. Algunas de estas iniciativas son parte de los mismos bancos o han sido financiadas por ellos. Consideramos que es beneficioso para la competencia en general y la inclusión financiera. Sobre esta última, según la Superintendencia de Bancos (SIB), a junio de 2025, la inclusión (o “profundización”) financiera, medida a través del crédito bancario respecto al PIB es de 38.3%, aunque favorablemente al alza (2022: 35.2%; 2024: 36.8%).

A septiembre de 2025, dos bancos locales operan fuertemente apoyados en su aplicación tecnológica o app, y no en una red de sucursales tradicionales, con la aprobación de los reguladores. PCR no descarta que en el mediano plazo haya más iniciativas independientes o que los bancos consoliden sus posiciones de mercado con sus soluciones propias.

La agencia espera que la tenedora financiera Inversiones Cuscatlán Centroamérica, culmine su constitución como el undécimo grupo financiero regulado en el país. La agencia espera un crecimiento acelerado de estas operaciones dado el historial del grupo en la región.

Por su parte, la agencia estima que los bancos principales de la plaza mantendrán sus respectivas posiciones en el ranking sin variaciones significativas. A junio de 2025, 10 de los 18 bancos son de capital local, representando 73% del total de activos, incluyendo los 3 de mayor tamaño (2024:72%).

Riesgo de Mercado

Tipo de cambio

Información provista por el regulador indica una volatilidad mensual promedio del tipo de cambio en la última década de 0.08%, considerada baja. Al cierre del primer semestre de 2025 (1S 2025) fue de 0.05%, A su vez, la posición en moneda extranjera fue positiva, de GTQ 6,887 millones (USD 896 millones), significando una posición larga con respecto al patrimonio de 11.1% (junio 2024: 10.2%). Al 1S 2025, todos los bancos registraron una posición promedio dentro los límites regulatorios.[1]

Positivamente, pruebas de valor en riesgo (VaR por sus siglas en inglés) y de tensión del regulador, muestran que, de realizarse pérdidas por riesgo cambiario equivalente al VaR, esta podría ser absorbida sin afectar la solvencia del sistema bancario. Dicho VaR es apenas 1.1% de la posición patrimonial del sistema.

Tasas de interés

A junio de 2025, el margen de interés neto bancario muestra una leve recuperación, al haberse bajado la tasa de referencia monetaria mientras que las tasas activas se mantuvieron relativamente estables. En este sentido, la política monetaria local se mantiene alineada con el movimiento de tasas de EE. UU. para mantener la estabilidad cambiaria. Por su parte, la solidez de demanda del crédito y la demanda interna contribuyen a la leve mejora del margen.

Riesgo Operativo y Otros Riesgos No Financieros

La agencia considera que, a nivel de industria, la banca sigue fortaleciendo su infraestructura y esquemas de administración del riesgo operativo y otros riesgos no financieros. En este sentido, la industria está en la capacidad de mitigar los riesgos latentes, esto es especialmente importante ante los de relevancia mayor como los ciber riesgos, los fraudes externos y el riesgo de cumplimiento y lavado de activos.

Riesgo de Crédito y Calidad de Activos

A junio de 2025, el crecimiento del sistema bancario se impulsaba por el dinamismo de los créditos empresariales (52.2% de la cartera total) y su crecimiento desde el cierre 2024 de 6%, complementado por el de créditos productivos (6% de la cartera total) y su crecimiento del 9.4%. En contraste, los créditos de banca de consumo (36.6% de la cartera) e hipotecas residenciales (5.3% del total) crecen a un ritmo menor (3.6% y 3.8%).

PCR no descarta que los niveles de morosidad en el sistema bancario se mantengan el futuro previsible, esto por la preferencia por el crecimiento de créditos empresariales y productivos sobre la banca de personas. A junio de 2025, el índice de cartera vencida fue de 2.48%, arriba del promedio 2020 a 2024 de 1.94%. La morosidad ha experimentado aumentos paulatinos, pero se ha mantenido estable desde la 2da. mitad de 2024. Asimismo, la cobertura de dichos créditos fue de 124.66% (promedio 2020 a 2024 de 184.24%).

Positivamente, la morosidad de los créditos productivos y empresariales se ha reducido interanualmente, de 3.6% a 3% y de 1.6% a 1.5%, respectivamente siendo estos los mayores componentes en la mezcla de cartera crediticia; paralelamente, la morosidad de créditos de consumo e hipotecas residenciales creció con respecto a junio de 2024 pasaron a 3.8% y 2.2% desde 3.6% y 1.8%, respectivamente.

Fondeo y Liquidez

La agencia no anticipa cambios en la estructura de fondeo de la banca guatemalteca, fundamentada en depósitos, representando estos 89% del total del fondeo. A junio de 2025, 62% del total de depósitos eran cuentas a la vista (34% cuentas corrientes y 28% cuentas de ahorro) mientras que el 38% era depósitos a plazo y menos de 1% depósitos de naturaleza especial (a la orden y con restricciones). Por su parte, el fondeo no depositario representó el 12% del total.

PCR considera que el sistema bancario guatemalteco tiene una liquidez adecuada: el índice de préstamos a depósitos de clientes fue de 79.4% (promedio 2020 a 2024 de 73.1%). A su vez, el índice de cobertura de liquidez (LCR por sus siglas en inglés) fue de 284%, considera holgado frente al mínimo regulatorio del 100%.

Complementariamente, la liquidez inmediata[2] y la mediata[3] fueron de 18.4% y 42.6%, considerados adecuados para cubrir las obligaciones depositarias y financieras. Estas comparan similarmente a su promedio 2020 a 2024 de 18.2% y 49.9%, respectivamente.

Capitalización y Apalancamiento

PCR prevé que el sistema bancario guatemalteco está capitalizado adecuadamente, permitiéndole absorber pérdidas potenciales. A junio de 2025, el índice de adecuación de capital fue de 14.7%, por encima del 10% regulatorio y del estándar internacional de 8% recomendado por el Comité de Basilea.  El patrimonio del sistema fue de GTQ 60,619 millones (USD 7,889 millones), creciendo interanualmente 10.1%, crecimiento influenciado por el capital pagado incrementado en 18.4% y las reservas de capital en 4.8%.

Ganancias y Rentabilidad

A junio de 2025, el ROA del sistema fue de 1.73%, igual a su promedio 2020 a 2024 pero en una tendencia descendente que sigue influida por presiones en el margen financiero y mayores gastos operativos. Así, si bien el margen por inversión aumento en 10.1% interanualmente, el aumento porcentual interanual de los ingresos financieros de 12.4% es menor al aumento de los gastos financieros de 15.8%. Por su parte, la eficiencia operativa se ve deteriorada, dado que los gastos por administración representan 67% del margen operacional bruto (junio 2024: 62%, promedio 2020 a 2024 de 63.6%). Esto redundó en utilidades cerca de 11% menores al mismo período del año previo. La agencia espera que la rentabilidad del sistema se mantenga al cierre del ejercicio fiscal previo y seguirá monitoreando los fundamentos de la rentabilidad del sistema.

Fuentes

  • Banco de Guatemala (BanGuat): www.banguat.gob.gt
  • Superintendencia de Bancos (SIB): www.sib.gob.gt

[1] El reglamento de calce de operaciones activas y pasivas en moneda extranjera (ME) establece límites máximos de 40% del patrimonio para la posición positiva en ME y de 10% para la posición negativa en ME.

[2] Representa la proporción de recursos de inmediata disponibilidad que la entidad posee para hacer frente a sus obligaciones de captación (obligaciones depositarias más obligaciones financieras).

[3] Representa la razón de activos líquidos (disponibilidades e inversiones) con relación a las obligaciones de captación más las cuentas por pagar y los créditos obtenidos.